Los fieles de las procesiones en la Ribeira Sacra: «Llevamos días mirando al cielo»

A 24 horas de que empiecen a salir las procesiones de Viernes Santo que recorren las calles de la Ribeira Sacra, nadie tenía claro este jueves por la tarde si se podrían celebrar con normalidad. Los fieles llevan días pendientes de los pronósticos del tiempo para saber si la lluvia va a dar o no una tregua que les permita desfilar por las calles detrás de las imágenes religiosas. Como le pasa a Nuria Trujillo, feligresa activa de la parroquia monfortina de A Régoa, que confiesa entre risas que que esta semana no hace otra cosa que «mirar al cielo para ver si deja de llover».

Ella es una de las varias decenas de personas que trabaja activamente para que en Monforte se celebre esta parte de la Semana Santa. «Colaboro en la parroquia de A Régoa desde que tenía 14 años —cuenta—, así que cuando hace más de 30 años empezamos a hablar de organizar procesiones de Semana Santa no lo dudé y me ofrecí para ayudar». Porque en Monforte la tradición de las procesiones de Semana Santa se recuperó en los años 90, después de mucho tiempo de ausencia.

Aquellas primeras procesiones de hace treinta años eran en realidad dos distintas. El Ecce Homo salía la iglesia de Régoa y la Virgen de los Dolores Escolapios y se encontraban en el centro de Monforte.

Cuando el sacerdote César Carnero se hizo cargo de la parroquia de A Régoa, aquel recorrido cambió para pasar a ser el actual, en la que las dos imágenes están presentes en la misa de Viernes Santo que se oficia a las seis de la tarde en la iglesia de los Escolapios. En cuanto esa misa termina, salen las dos en la misma procesión, que hace un pequeño recorrido circular por el paseo de la Compañía, la calle Roberto Baamonde y la avenida de Galicia para volver hacia los Escolapios por el Cardenal.

Sin una cofradía

Cada una de las dos imágenes tiene su propio grupo de fieles. De la Virgen se encarga la cofradía de la Dolorosa y del Ecce Homo simplemente un grupo de feligreses de A Régoa. «Nosotros —explica Nuria Trujillo— no somos una cofradía, porque eso ya requiere otro tipo de trabajo y de inversión».

En el caso del Ecce Homo de A Régoa, la procesión de Semana Santa la saca adelante desde los años 90 un grupo de entre 15 y 20 personas. No hay cofradía, así que en la procesión puede vestirse de nazareno y desfilar con ellos todo aquel que quiera hacerlo. El único requisito es que haya trajes para todos. Los más fieles no fallan nunca. Rosa Trujillo no dejó de salir ni un solo año en estos últimos treinta: «Salí de procesión incluso embarazada».

El peso y la fe

Lo que ella no hizo nunca es llevar el paso del Ecce Homo. Sus dimensiones son relativamente pequeñas, pero las cuatro personas que lo llevan suelen sudar para terminar el recorrido.

Lo confirma Javier Soria, que lleva unos años siendo uno de esos cuatro. «No es tanto por el peso como por el movimiento, porque al ir andando el paso va machando el hombro», explica. Por eso no es raro que los cuatro costaleros tengan que hacer un alto para cambiar de lado, darle descanso a un hombro y poner a trabajar el otro.

Cada uno de los que acompañan la procesión de Monforte como cofrades o como nazarenos tienen su propia motivación. La de Javier es doble: «Soy creyente, aunque la verdad es que mi mujer va más a misa que yo, pero sobre todo pienso que merece la pena mantener la tradición de la Semana Santa». Es una tradición que él conoce desde niño, porque nació y se crio en Soria, una localidad que igual que la mayoría de las ciudades castellanas celebra esta fiesta religiosa como una tradición con mucho arraigo y seguimiento.

Los fieles que sostienen la celebración callejera de la Semana Santa en Monforte no son muchos, pero tampoco les falta cantera. El año pasado, con el Ecce Homo de A Régoa caminaron por primera vez un pequeño grupo de niños vestidos con el traje morado de los nazarenos de esta parroquia.

En el 2023 fueron cuatro, los cuatro nietos de Javier Soria, pero para este 2024 ya había más voluntarios. Este viernes saldrán los mismos cuatro niños nazarenos del año pasado porque los trajes extra que encargó la parroquia todavía no están listos. El año que viene sí lo estarán.

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