¿Pasarían hoy el corte estas parejas televisivas de los 2000?

YES

«Friends»: Las psicólogas coinciden en que es una de las series que representa modelos de relaciones más tóxicos. «Se ve con Ross y Rachel: los celos de él son enfermizos, pero acaban juntos porque habría sido impensable otra cosa», comenta Rodríguez -Pousada, para añadir sendas expertas otros patrones que se ciñen a lo canónico: «No se contempla que una mujer sea soltera y feliz o que haya protagonistas sin cuerpos normativos
«Friends»: Las psicólogas coinciden en que es una de las series que representa modelos de relaciones más tóxicos. «Se ve con Ross y Rachel: los celos de él son enfermizos, pero acaban juntos porque habría sido impensable otra cosa», comenta Rodríguez -Pousada, para añadir sendas expertas otros patrones que se ciñen a lo canónico: «No se contempla que una mujer sea soltera y feliz o que haya protagonistas sin cuerpos normativos

Series blancas e inocuas como «Friends» o «Los Serrano» calaron en quienes ahora tienen 30 y 40 años. Idealizaban modelos de relaciones que ahora serían tachados de rancios, donde los celos eran el mayor indicador de amor verdadero y los hombres no se valían por sí solos

10 abr 2024 . Actualizado a las 08:47 h.

Cuando Malena Alterio se alzó como mejor actriz protagonista en la pasada edición de los premios Goya, no se hizo viral su discurso, sino su abrazo sincero con Fernando Tejero. Para media España siguen siendo Belén y Emilio, aquella extraña pareja de Aquí no hay quien viva a la que hace veinte años nadie quería parecerse y ahora casi todos comprenden. Por aquel entonces la televisión nacional moldeaba los cerebros de unos adolescentes millennials con series en principio blancas e inocuas que, vistas con la perspectiva del tiempo, reproducían —e idealizaban— modelos de conducta y relaciones que en la actualidad serían tachadas de rancias.

En Telecinco, tierra fértil para señores interesados en juntarse cachito con cachito con posadolescentes, lo de menos a principios de los 2000 era Médico de Familia —que terminó en 1999 pero esta cadena ya era machacona entonces con las reposiciones— o Los Serrano. Con audiencias sin parangón, sendas series mostraban que la familia que desayunaba unida permanecería unida, y que la clase media, es decir tú, también podría algún día disfrutar de ese chalé a las afueras. Con todo, a los guiones no les faltaba esa pátina de machismo tan característico de la época. Lo explica la psicóloga Vanessa Rodríguez-Pousada. «Estos productos parten de la idea de que ninguno de los protagonistas, viudos, pueden hacerse cargo ellos solos de su paternidad, necesitan que una figura femenina les cuide y ayude. Esto se ve sobre todo en Médico de Familia, donde hasta se entiende que Nacho Martín [Emilio Aragón] se empareje con la hermana de su mujer».

Los Serrano, por su parte, verifica en demasiados puntos del guion patrones que hoy en día ya son red flags. Y que se representan también en uno de los mayores iconos televisivos del siglo XX: Friends. «Había cosas inmutables que ahora no se tolerarían en pantalla, como que los ejemplos de pareja fueran siempre heterosexuales, llegando incluso a ridiculizarse la homosexualidad; que la idea de alcanzar un vínculo amoroso estable fuera siempre el fin de las mujeres protagonistas o la imposibilidad de que un chico y una chica sean amigos de verdad, pues esto siempre acabaría dando lugar a una trama amorosa».

A todo esto, la sexóloga Sonia Martínez añade, y este —pese a quien le pese— es el alma máter de Sexo en Nueva York, «la idea de que hay que hay que luchar por amor». «La necesidad de que existan problemas y turbulencias para darle sentido a una relación. Esto ha calado tanto que he visto a mucha gente sentirse frustrada porque están conociendo a otra persona de manera fácil y orgánica, que es lo mejor que hay, pero sienten que les falta algo». Además, en cuanto a la sexualidad, la mayoría de series con las que crecieron los millennials eran «coitocentristas, porque no existían otro tipo de relaciones; y androcentristas, pues siempre era la mujer el objeto de deseo. Esto último y que los elencos sean totalmente normativos no ha cambiado mucho con los años». Aplaude que, si bien antes apenas había escenas que mostrasen preservativos, ahora comienzan a ser frecuentes en las series juveniles.

 Pese a que consideran que algunas de estas series se han quedado obsoletas en muchos aspectos, consideran que no por eso debe caerse en la cultura de la cancelación. «Lo importante es simplemente poner conciencia cuando estamos delante de productos antiguos; es importante saber de qué venimos para poder avanzar», comenta Martínez, para añadir que la cantidad de contenidos que ofertan ahora las plataformas, sumado al hueco que ocupan las sexualidades disidentes, ayuda a «respetar las historias entendiendo qué relaciones y conductas son sanas y cuáles no».